Coronavirus vs Razón


"Hemos llegado a tal punto de infoxicación que
confundimos creencia con verdad, conocimiento
 con opinión, advertencia con manipulación."



Al principio yo también pensaba que esto del coronavirus era un cuento chino. Después, cuando comencé a recibir noticias del aislamiento de Wuhan y los estúpidos comentarios de reconocidos tontos públicos, ahí saltaron mis sospechas. ¿Cómo era posible que la guerra comercial entre Estados Unidos y China estuviera relacionada con el confinamiento y la muerte de personas? ¿Son los chinos tan estúpidos que van a arriesgar su economía por una guerra comercial, y al mismo tiempo, hay alguien tan maligno que les 'eche un virus' con este fin? ¿Es una guerra bactereológica? Y como siempre he querido dejarle el ámbito de las distopías a las novelas de ficción, me puse en la labor de informarme, cosa que se me da muy bien por mi formación investigadora (sé leer, cotejar textos, hacer resúmenes y pensar con lógica).

El coronavirus no tiene pinta de ser un invento y quienes así lo creen están en la misma sintonía de quienes niegan la redondez del planeta o la evolución, y con estos es mejor no hablar porque son presas de la ignorancia, son los que confunden fe con conocimiento. He leído algunos argumentos en esta linea y hay dos que me llaman poderosamente la atención.

El primero es que el coronavirus es una gripe más, eso hace que no debamos prestarle tanta importancia, pasará y ya está. Esto es cierto es cierta medida, pero es muy peligroso conducirse como si después explicaré porqué. Y el segundo es que mientras nos ocupamos del virus descuidamos y ocultamos otras causas de muerte más importantes, como las epidemias que padece el tercer mundo, las guerras, los accidentes laborales o los recortes en sanidad (en este apartado se pueden añadir todas las que me haya dejado en el teclado). Esto también tiene un defecto de argumentación y unas consecuencias nefastas.

En primer lugar el asunto no es que el covid-19 sea una gripe más, en verdad se comporta como tal pero su problema es el alto nivel de contagio y el que sea un virus no conocido hasta ahora y por lo tanto bastante imprevisible. Eso trae como consecuencia la tan temida saturación de la asistencia sanitaria. Pongamos un ejemplo: una herida por arma de fuego haría que corriésemos al hospital más cercano y allí nos curarían de manera inmediata antes de que muramos por esta causa, la cosa cambia cuando cae una bomba y arrasa con una ciudad, en lo que toca a los muertos, muertos se quedan, pero en lo concerniente a los heridos... ah, ¿lo comenzamos a entender? ¡necesitaremos más personal para atender a más gente que padece lo mismo al mismo tiempo., y como no llegaremos a todos, muchos sufrirán!

En segundo lugar, es cierto que la gente muere de muchas otras causas y no sólo de covid-19, pero como lo he dicho arriba: ni siquiera el tan temido HIV o el tan cacareado SARS son ya desconocidos por la ciencia médica, ambos están parcialmente controlados porque se sabe mucho sobre su contagio y tratamiento, otra cosa es que esta información no llegue a todos los rincones y sea elitesca por cuestiones económicas.

El asunto es más sencillo de lo que parece, y este es el tema esencial de este escrito: sólo podremos superar esta crisis como la humanidad lo ha hecho siempre, con solidaridad. Lo que me preocupa del negacionismo es que es egoísta. Si un gesto tan sencillo como lavarse las manos, no estornudarle a los otros en la cara, cuidar a los mayores, autoaislarse bajo la sospecha de que se está infectado, supone un gran esfuerzo, tanto, que se prefiere, no sólo sacrificar el conocimiento sino la solidaridad, entonces si estamos ante una gran catástrofe humanitaria. Porque toda teoría de la conspiración apunta a dos elementos claves: al resentimiento, y a la destrucción de los nexos humanos, es decir, anula la compasión. ¡Si somos incapaces de sentir compasión, de cuidarnos los unos a los otros, entonces: ¡podremos convivir con el covid-19!


Rayda Guzmán
Tona, 10 de Marzo del 2020

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