Paseando entre ideas
Pasear –respondí yo– me es imprescindible, para animarme y para mantener el contacto con el mundo vivo. Robert Walser, El Paseo Árbol, 2015. Acrílico s/ papel Cuando paseas entre la literatura sobre creatividad descubres tácticas para mantener tu mente en forma, cosa que considero interesante. Siendo crítica, como soy, me gusta hacer conexiones entre la literatura más dispar y la filosofía pues considero, casi tautológicamente, que en el principio todo se puede reducir a un pensamiento formal, bien razonado y a una tradición que vigiló siempre por el cuidado del alma como lo es la filosofía. Entre las prácticas de creatividad aparece el paseo, tener devoción por las rutas, la observación y el caminar. Para los seres humanos de la antigüedad, por ejemplo, caminar era el único modo de moverse de un lado a otro en la vida cotidiana cuyas dimensiones eran mucho más humanas que las actuales. Vale decir que ninguno se habría planteado ir cada día de Esparta a Atenas,